EL CEMENTERIO
DE LOS INGLESES

«Solo Dios podía organizar las cosas para que una chica de Camariñas acabara cantando ante la reina de Inglaterra, acompañada por un violín que se perdió en un naufragio, tocado por un hombre que escapó de la muerte porque al carro de mi padre se le rompió la rueda en una noche de tormenta».
(Adriana Castro)
El libro
“El cementerio de los ingleses» tiene su origen en un relato corto de 1998, “Rescate en el mar Céltico”, que narraba las relaciones entre un pesquero gallego naufragado en el Gran Sol y un guardacostas británico que lo rescata, evolucionando hasta convertirse en una novela, inspirada en los hechos reales del naufragio del HMS Serpent, de la Royal Navy británica, acaecido en la Costa da Morte gallega en noviembre de 1890, en el que perecieron 172 tripulantes y solo sobrevivieron tres.
La primera parte del libro se titula así, “El naufragio”, y cuenta las relaciones que se establecen, tras la catástrofe, entre los supervivientes, la Royal Navy, el gobierno de Su Majestad Británica y la corona por una parte, y los habitantes de la aldea de Xaviña, el pueblo de Camariñas y la ciudad de A Coruña por la otra. A causa del impacto provocado por el naufragio, se construyó el mítico Cementerio de los ingleses, un lugar mágico de la Costa da Morte gallega, que 132 años después sigue atrayendo a visitantes admirados por la trágica historia y la belleza salvaje del lugar, y se electrificó el sobrecogedor faro de Cabo Vilán o Villano, el primero de esa naturaleza en España.
Le segunda parte del libro se titula “La vida sigue para todos”, y en ella se narran las consecuencias que tiene para cada uno de los personajes la tragedia vivida, y cómo impacta en sus vidas futuras. Frederick Gould, uno de los supervivientes, que ha sido rescatado del mar muy malherido y es cuidado por la familia Castro, de Xaviña, es devuelto a Inglaterra con los otros dos supervivientes para ser sometidos a una corte marcial por la desaparición del buque. Durante esos días pasados en el humilde hogar de los Castro, emerge una gran atracción entre el herido y su cuidadora, Adriana, una joven cuyo mayor anhelo es emigrar a América, pero que por una promesa hecha a su madre está condenada a una gris vida aldeana.
Esa atracción inicial tendrá una segunda oportunidad con motivo del homenaje que la Royal Navy dará a las víctimas del naufragio, en Camariñas, unos meses después. Fred y Adriana se reencuentran, y las incipientes sensaciones surgidas entre ellos darán paso a sentimientos más concretos, interrumpidos por la inevitable separación que los deberes del marino les impone.
¿Se volverán a ver? ¿La separación física hará que esos sentimientos emergentes se diluyan, o el anhelo de la lejanía hará que quieran volverse a ver?
Además de la historia central entre Fred y Adriana, numerosos personajes de ambas nacionalidades, la mayoría de ellos inspirados en personas reales, tan diferentes por cuna y cultura, interactuarán continuamente, en escenas emotivas, emocionantes, humorísticas y profundamente humanas, que mostrarán sin la menor duda que la solidaridad de las gentes de la mar no conoce barreras de nacionalidad, idioma, religión o educación.
La trama, trepidante, estructurada en escenas ágiles y muy visuales, engancha y lleva al lector de la mano hasta un memorable final, totalmente inesperado, “un giro maravilloso” según una editora, que hará que el lector pida una segunda parte “con urgencia”.

«Gould moderó su ansiedad y la acomodó mejor entre sus brazos para sentirla conscientemente, para notar su cuerpo, su aliento vital, su femineidad y transmitirle lo que sentía por ella, que, si bien no tenía nombre, era intenso y apremiante».